25 septiembre, 2010

El auto que quiero


No tiene un motor V6, no es a inyección, su dirección es todo menos hidráulica, ¿caja automática? no, vidrios eléctricos (manual no más); ni pensar en amortiguadores de última generación, desempañador de vidrios, luces rompe nieblas, bolsas de aire, sistema de sonido surround con puertos USB, GPS o un cerebro electrónico (tan codiciado por todo autero que se respete).

En resumen no es precisamente un auto vendible y menos racionalmente comprable, pero es el que me gustaría tener algún día, es chiquito, compacto, rojo -por supuesto- con una gran personalidad añeja, es un sobreviviente a las nuevas tendencias aerodinámicas y plásticas, dueño de un parachoques de verdad y no ese remedo de fibra de vidrio (como se diría en el twitter #parachoqueseranlosdeantes).

No hablaría de un amor platónico, sino motorizado; que de año en año pasa por mi lado tentándome, seduciéndome y ofreciéndose.

No hay comentarios: