16 febrero, 2011

La Alcoreza a 15 grados



La Av. Buenos Aires esquina Mercado Hinojosa siempre tuvo una atracción especial, cerca de esa intersección viven unos familiares, y en oportunidad en que los visitábamos podía ver como los buses trepaban la empinada hasta la final Alcoreza. Con el transcurrir de los años la famosa avenida y la calle paralela la 4 de mayo se hicieron fatalmente famosas por los accidentes de transito que suceden en ellas y los protagonistas son minibuses o micros de la línea 132 - Eduardo Avaroa.

Tenia una tarea pendiente con esta avenida diagonal, tenía que saber donde concluían su travesía esos buses azules y la oportunidad se presento a fines de enero cuando por un boliviano (un pesito) subí a ese elefante motorizado para llegar hasta su parada.

Con cierta emoción inicié mi travesía en la esquina del Mercado Hinojosa; el ronronear del agitado y viejo motor Dodge americano de 4000 de cilindrada en primera velocidad era una suerte de fondo musical. Resultaba increíble ver como ese armatoste móvil detenía su marcha sin ningún problema para permitir que los pasajeros bajen o suban, más aún en algunos tramos en los que la pendiente se ponía más pendiente; con algo de temor fui cambiando de mi ubicación inicial en el fondo del micro y poco a poco comencé a avanzar hasta los primeros asientos terminando detrás del conductor quien me observaba ya con cierta desconfianza.

Al llegar a la parada del micro me anime conversar con el chófer sobre su empinada ruta, y me aclaro que esta es la única línea de transporte que se atreve a subir ese calvario atendiendo de esa manera la necesidad de transporte del vecindario, finalmente a modo de dar por concluida nuestra charla me aconsejo tener cuidado pues la gente de la zona es muy susceptible con la presencia de personas desconocidas personas en el barrio y peor aún si se dedicaban a sacar.

Si bien es cierto que el micro 132 es el único servicio público que hace ese recorrido, no es el único que transita por esa pendiente, pues es normal ver temerarios camiones o veloces taxis que continúan su marcha más arriba de la parada del micro azul. Esta ladera no tiene precisamente la mejor panorámica, pero no deja de maravillar su impresionante pendiente, el transitar de los vecinos ya sea de subida o bajada y sobre todo como no deleitarse con la posibilidad de tener casi rendida a mis pies una parte de la ciudad.

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